Bereshit 4:4-5 – Caín y Abel: mirando en dos direcciones

BERESHIT 4:4-5 – CAÍN Y ABEL: MIRANDO EN DOS DIRECCIONES


Bereshit/Génesis 4b-5a – Y יהוה miró a Hébel y a su ofrenda; y no miró a Cayín y a su ofrenda.


Ahora bien, ante todo lo que hemos visto: ¿por qué el texto continúa diciendo que יהוה miró a uno y no al otro? Para responder a esta pregunta debemos mirar en las dos direcciones que señala el texto.

Según estos versos, יהוה miró a Hébel/Abel y a su ofrenda, pero no Cayín/Caín y a su ofrenda. Por tanto, Él valoró tanto a los oferentes como a sus ofrendas, y esto es algo que hizo en aquel entonces, pero que lo sigue haciendo hoy. Para nuestro Padre celestial es tan importante el carácter y actitud del oferente, como las características de la ofrenda que es presentada; Él quiere que aquello que le sea presentado sea correcto, y sólo hay una manera de estar seguro que la ofrenda es la adecuada, y es que cumpla con lo siguiente: que tenga las características que יהוה pide, que se dé cómo יהוה quiere, y que se presente cuándo יהוה establece. Si nuestras ofrendas, aún nuestra propia vida, cumplen con estos requisitos, entonces estamos presentando una ofrenda correcta. A este respecto se pueden dar uno de los siguientes casos:

  • La actitud y la ofrenda incorrecta. Buen ejemplo de esto son Cayín/Caín (Bereshit/Génesis 4:3) o Nadab y Abihú/Abiú, los hijos de Aharón/Aarón (Vayikrá/Levítico 11).
  • La actitud incorrecta y la ofrenda correcta. En este caso como no pensar en Shaúl/Saúl (Shemu’El Álef/1 Samuel 13:8-14) o el pueblo de Yisra’El/Israel (Yesha’Yah/Isaías 1).
  • La actitud correcta y la ofrenda incorrecta. Por extraño que parezca, esto también pasa, podemos tener las mejores intenciones, pero por sí solas no son suficientes cuando se trata de obedecer a יהוה. Un ejemplo bien conocido es el episodio en el que Uzzá/Uza tocó el arca del pacto; aunque en este caso él no ofreció ninguna ofrenda, consideramos que él obró creyendo que servía a יהוה (Shemu’El Bet/2 Samuel 6:6-7).
  • La actitud y la ofrenda correcta. Aquí tenemos grandes ejemplos como son Hébel/Abel (Bereshit/Génesis 4:4), Ab’Raham/Abraham (Bereshit 22) y, como no, el mismo Yehoshúa/Jesús, nuestro Mesías (Juan 10:15-17). Esta debe ser, sin lugar a dudas, nuestra opción.

Pero veamos los dos casos del relato que nos ocupa: Cayín/Caín y Hébel/Abel.

1. El carácter y actitud del oferente

El autor de la carta a los hebreos nos da la clave para entender por qué יהוה miró a Hébel/Abel y no a Cayín/Caín. En el capítulo 11 nos dice:


“Por fe Abel presentó a Dios una ofrenda mejor que Caín.” (Hebreos 11:4, BTX4).


Dos cosas son las que destacan de este verso: Hébel/Abel tuvo fe y por ella agradó a יהוה (Hebreos 11:6), y esa fe posibilitó un sacrificio más excelente, pues trajo de los primogénitos y de su grasa[1] (Bereshit/Génesis 4:4), es decir, trajo una ofrenda generosa y ello, debido a que tenía certeza de algo que esperaba y estaba convencido de algo que no veía (Hebreos 11:1).

Pero ¿qué era aquello que Hébel/Abel esperaba? ¿De qué estaba completamente convencido? ¿Sería algún bien escatológico, o algo más próximo a su realidad presente? Más adelante responderemos a esta pregunta, por ahora sigamos con Cayín/Caín.

Si יהוה miró a Hébel/Abel por su fe, ¿qué conclusión lógica se desprende sobre por qué no miró a Cayín/Caín? Sencillamente porque Cayín/Caín ofreció sin fe. Él se acercó a יהוה sin tener ni la certeza, ni la convicción que יהוה es galardonador de los que le buscan; su confianza no estaba en Él. Luego, puesto que la fe de Hébel/Abel posibilitó su generosidad, ¿acaso pudo Cayín/Caín ser generoso sin fe? La respuesta la encontramos en la carta de Judas. El autor de esta epístola, después de hablar de algunos hombres que convierten la gracia de יהוה en libertinaje y niegan a יהוה y al Mesías, en el versículo 11 lanza un ¡ay! contra ellos diciendo:


“¡Ay de ellos! Porque siguieron el camino de Caín, por lucro se lanzaron al error de Balaam, y perecieron en la rebelión de Coré.” (Judas 1:11, BTX4).


En este verso se menciona a Cayín/Caín junto a Bilam/Balaam y a Corah/Coré, pero, ¿por qué el escritor eligió a estos tres personajes para mencionarlos juntos en el mismo versículo? ¿Será que tienen algo en común? Veamos.

¿Cuál fue el error o pecado de Bilam/Balaam? No vamos a detenernos a ver toda la historia, pero el punto que nos interesa aquí es que Bilam/Balaam aceptó maldecir a Yisra’El/Israel a cambio de riquezas y honores, aunque finalmente יהוה se lo impidió (Bemidbar/Números 22). Luego, el error de Bilam/Balaam fue la avaricia, tal y como también lo dice Pedro en su segunda carta (2 Pedro 2:15).

¿Y la contradicción de Corah/Coré? Resumidamente, Corah/Coré era levita, pero no sacerdote como Mosheh/Moisés o Aharón/Aarón, y no bastándole el ministerio que le había sido otorgado, encabezó una rebelión para lograr una posición mayor que, por cierto, terminó muy mal para él y los suyos (Bemidbar/Números 16). Así que, según el relato, la contradicción de Corah/Coré fue que, teniendo un alto privilegio, quiso uno mayor, y a eso también se le llama avaricia.

Luego, si el error de Bilam/Balaam fue la avaricia, y también lo fue la contradicción de Corah/Coré, entonces ¿cuál fue el camino de Cayín/Caín del que se nos habla en la carta de Judas? Obviamente, también fue la avaricia. Como ya hemos apuntado, del mismo modo que Hébel/Abel, por la fe, fue generoso, Cayín/Caín, por su incredulidad, ofrendó con avaricia, porque él usó su dádiva como un soborno, en lugar de como un presente (Mishlei/Proverbios 18:16); aunque su madre le llamó Cayín/Caín (adquirido) por un buen motivo, él ofreció pensando que podría adquirir (ganar o comprar) el favor de יהוה y que, en definitiva, el Dios de sus padres era un medio para lograr sus fines.[2]

2. Las características de la ofrenda

Como hemos dicho anteriormente, estas ofrendas pertenecían a la categoría de ofrendas voluntarias; sin embargo, lo más seguro es que Cayín/Caín y Hébel/Abel quisieran obtener algo con ellas y ¿qué podían querer? Es muy posible que, tratándose de una ofrenda a יהוה, buscasen su favor para ser prósperos.[3] Luego, por ese motivo el género de la ofrenda no era irrelevante. No podían ofrecer lo que quisiesen, las características de la ofrenda si importaban.

Según consta en la Torah, en el libro de Vayikrá/Levítico, las características de la ofrenda se determinaban en función de la finalidad de la ofrenda. Por ejemplo si el motivo de la ofrenda era expiar pecados, ésta no podía ser vegetal, tenía que ser animal y con unas características muy concretas (Vayikrá/Levítico 1-7). Esto mismo ocurre con los otros tipos de ofrendas.

Entonces, si lo que Cayín/Caín y Hébel/Abel buscaban era el favor de Elohim[4] la ofrenda tenía que ser de origen animal, porque sólo de éste modo podían derramar sangre, un ingrediente imprescindible para la remisión, o lo que es lo mismo, la gracia (Hebreos 9:22).

Sin embargo, y a pesar de esto, Cayín/Caín trajo su ofrenda del fruto de la tierra, algo con lo que era imposible derramar sangre. Luego, puesto que en su ofrenda no hubo lo necesario e imprescindible, el derramamiento de sangre, יהוה no pudo mirar a su ofrenda, mientras que con la ofrenda de Hébel/Abel ocurrió todo lo contrario.

 CAYÍN/CAÍNHÉBEL/ABEL
CARÁCTER-ACTITUDIncredulidad y avariciaFe y generosidad
OFRENDASoborno sin sangrePresente con sangre

Bienvenido al origen.

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[1] Otras traducciones (RV1960 entre ellas) hablan de “lo más gordo”, que puede referirse tanto a calidad: las mejores, como a cantidad: un buen número de ellas. Sin duda, es también una buena traducción, pues la frase apunta a la parte más rica o selecta. No obstante, preferimos la traducción del presente comentario porque concuerda con lo que יהוה pedirá más adelante en su Torah.

[2] Para el creyente en יהוה hay galardón (Bereshit/Génesis 15:1), sin embargo, existe una diferencia entre recibirlo por la fe en la iniciativa divina (su Palabra, su promesa) a creer que se puede comprar o ganar por méritos propios. Curiosamente, en Cayín/Caín vemos ambas cosas, la primera por el nombre que su madre le puso, tal y como hemos expuesto, y la segunda por la actitud con la presentó su ofrenda que, a pesar de ser buena en cantidad y calidad, no fue recibida, en parte, por su actitud.

[3] Según Raymond Brown, ex director del colegio Spurgeon de Londres, en su comentario de Deuteronomio: “las ideas primitivas, que perduran hasta hoy, eran que los dioses se podían engatusar o coaccionar para que hicieran regalos, si se les proporcionaba una dieta correcta de sacrificios pertinentes (…) Uno los adoraba por lo que pudiera recibir a cambio.” Raymond Brown, “Deuteronomio. Comentario Antiguo Testamento”, Barcelona (Andamio 2005), 25 y 94.

[4] Tal y como veremos en el punto 4: Entendiendo la mirada de יהוה, hay varios motivos que nos llevan a pensar que, efectivamente, Cayín/Caín y Hébel/Abel buscaban el favor divino.

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