LA LUZ DEL DÍA UNO
Bereshit/Génesis 1:3-5 – Y Elohim dijo: “—Haya luz.” Y hubo luz. Y Elohim vio que la luz era buena; y Elohim separó la luz de la tiniebla. Y Elohim llamó a la luz Día, y a la tiniebla llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana, el Día uno.
En el relato de la semana de la creación, Bereshit/Génesis capítulo 1, encontramos que el primer elemento que vino a la existencia fue la luz. A partir de entonces, empezó una sucesión de días, o tiempos, bajo la expresión: “…y hubo tarde y hubo mañana…”. No obstante, a pesar de ese ciclo de días, no es sino hasta el cuarto día que, por primera vez, son mencionadas las lumbreras y su posicionamiento en la expansión, los Cielos. Luego, ¿cómo es posible que hubiera luz en el día uno, si el Sol no ocupó su lugar hasta el cuarto día? ¿Existe la posibilidad de que el Sol no fuese la causa del ciclo tarde/mañana? Si por el contrario lo era esta luz primigenia, ¿de qué luz se trata? ¿Es distinta a la producida por las lumbreras?
ELIYAHU RIPS Y LA ELS
A principios de los 90, el matemático israelí Eliyahu Rips, conocido por sus investigaciones en el campo del álgebra, y quien, además, ejerció como profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén, publicó un artículo en la revista Statistical Science, en el que afirmaba que habían encontrado mensajes codificados en el texto hebreo del libro de Bereshit/Génesis.
El método por el cual se extraían los supuestos mensajes escondidos es la Secuencia de letras equidistantes (ELS). Para obtener una ELS de un texto, se escoge un punto de partida, cualquier letra, y una distancia. Entonces, comenzando en el punto de partida, se seleccionan letras del texto equidistantes, separadas por el número que se haya elegido para la distancia, sin contar espacios ni signos de puntuación. Por ejemplo, en la oración: entre cojos osados, las letras en negrita leídas de izquierda a derecha, separadas por una distancia de cuatro letras, forman la palabra ecos.[1]
Ahora, comprobemos si en el caso que nos ocupa, que son los versículos donde se relata lo relacionado con la luz, obtenemos algún código o mensaje oculto. Para ello, usaremos el texto hebreo de los primeros cinco versículos de Bereshit/Génesis, que tenemos a continuación:
בראשׁית ברא אלהים את השׁמים ואת הארץ׃ והארץ היתה תהו ובהו וחשׁך על פני תהום ורוח אלהים מרחפת על פני המים׃ ויאמר אלהים יהי אור ויהי אור׃ וירא אלהים את האור כי טוב ויבדל אלהים בין האור ובין החשׁך׃ ויקרא אלהים לאור יום ולחשׁך קרא לילה ויהי ערב ויהי בקר יום אחד׃
Nuestro punto de partida será la taw de la palabra Bereshit, es decir, la última letra de la primera palabra. Y el número para la distancia será el cincuenta. Así que, a partir de la taw contaremos cincuenta letras y seleccionaremos la letra que ocupa esa posición. Este mismo ejercicio lo repetiremos hasta un total de tres veces. Luego, veremos cuáles han sido las letras obtenidas y si, tal y como afirmó Eliyahu Rips, hay algún mensaje secreto.
6 | 5 | 4 | 3 | 2 | 1 | |||||||||||||||||||
ת | י | ש | א | ר | ב |
25 | 24 | 23 | 22 | 21 | 20 | 19 | 18 | 17 | 16 | 15 | 14 | 13 | 12 | 11 | 10 | 9 | 8 | 7 | 6 | 5 | 4 | 3 | 2 | 1 |
א | ה | ו | ץ | ר | א | ה | ת | א | ו | ם | י | מ | ש | ה | ת | א | ם | י | ה | ל | א | א | ר | ב |
50 | 49 | 48 | 47 | 46 | 45 | 44 | 43 | 42 | 41 | 40 | 39 | 38 | 37 | 36 | 35 | 34 | 33 | 32 | 31 | 30 | 29 | 28 | 27 | 26 |
ו | ה | ת | י | נ | פ | ל | ע | ך | ש | ח | ו | ו | ה | ב | ו | ו | ה | ת | ה | ת | י | ה | ץ | ר |
25 | 24 | 23 | 22 | 21 | 20 | 19 | 18 | 17 | 16 | 15 | 14 | 13 | 12 | 11 | 10 | 9 | 8 | 7 | 6 | 5 | 4 | 3 | 2 | 1 |
ו | ם | י | מ | ה | י | נ | פ | ל | ע | ת | פ | ח | ר | מ | ם | י | ה | ל | א | ח | ו | ר | ו | ם |
50 | 49 | 48 | 47 | 46 | 45 | 44 | 43 | 42 | 41 | 40 | 39 | 38 | 37 | 36 | 35 | 34 | 33 | 32 | 31 | 30 | 29 | 28 | 27 | 26 |
ר | י | ו | ר | ו | א | י | ה | י | ו | ר | ו | א | י | ה | י | ם | י | ה | ל | א | ר | מ | א | י |
25 | 24 | 23 | 22 | 21 | 20 | 19 | 18 | 17 | 16 | 15 | 14 | 13 | 12 | 11 | 10 | 9 | 8 | 7 | 6 | 5 | 4 | 3 | 2 | 1 |
ה | ל | א | ל | ד | ב | י | ו | ב | ו | ט | י | כ | ר | ו | א | ה | ת | א | ם | י | ה | ל | א | א |
50 | 49 | 48 | 47 | 46 | 45 | 44 | 43 | 42 | 41 | 40 | 39 | 38 | 37 | 36 | 35 | 34 | 33 | 32 | 31 | 30 | 29 | 28 | 27 | 26 |
ה | ל | א | א | ר | ק | י | ו | ך | ש | ח | ה | ן | י | ב | ו | ר | ו | א | ה | ן | י | ב | ם | י |
25 | 24 | 23 | 22 | 21 | 20 | 19 | 18 | 17 | 16 | 15 | 14 | 13 | 12 | 11 | 10 | 9 | 8 | 7 | 6 | 5 | 4 | 3 | 2 | 1 |
י | ה | י | ו | ה | ל | י | ל | א | ר | ק | ך | ש | ח | ל | ו | ם | ו | י | ר | ו | א | ל | ם | י |
41 | 40 | 39 | 38 | 37 | 36 | 35 | 34 | 33 | 32 | 31 | 30 | 29 | 28 | 27 | 26 | |||||||||
ד | ח | א | ם | ו | י | ר | ק | ב | י | ה | י | ו | ב | ר | ע |
Bien, tal y como se puede comprobar, las letras obtenidas son la Taw, la Waw, la Resh y la He, y si las ponemos juntas, siguiendo el orden de aparición, veremos que, en efecto, tal y como apuntaba Eliyahu Rips, al menos en esta ocasión, existe el siguiente mensaje oculto:
ת ו ר ה = Torah
Así que, mediante la secuencia de letras equidistantes escogida, aparece la palabra Torah escondida en los primeros cinco versículos que, curiosamente, son los que registran lo relacionado con la luz. Luego, ¿será casualidad que la palabra Torah esté oculta precisamente aquí? ¿Tendrá algo que ver la Torah con la luz del día uno? Así es. De hecho, tiene todo que ver.
LA LUZ DE LA TORAH
Para empezar, debemos notar que la palabra luz, אור, se repite hasta en cinco ocasiones en estos primeros versículos. Curiosamente, la Torah también está compuesta por cinco libros. Luego, es como si el texto estableciera que cada uno de los libros de la Torah es luz y, así también, toda la Torah es luz. Además, por si esto no bastara, en el Tanak, la biblia hebrea, también hay dos pasajes que son testigos irrefutables[2] de la relación existente entre la Torah y la luz del día uno. El primero de ellos está en el libro de las Tehillim/Salmos o alabanzas, concretamente en el 119, cuando dice:
Lámpara a mis pies es tu palabra, y lumbrera a mi camino. (Tehillim/Salmos 119:105, BTX3. Énfasis añadido).
נר לרגלי דברך ואור לנתיבתי׃
Aunque, en lugar de lumbrera debería poner luz, ya que si miramos el texto en hebreo, observaremos que la palabra traducida por lumbrera es אור, y ésta es la misma palabra que en Bereshit/Génesis 1 se tradujo por luz. Luego, es más coherente afirmar que la palabra del Eterno es lámpara a mis pies, y luz a mi camino, viendo cómo, en efecto, existe una relación entre la palabra del Santo y la luz del día uno. Pero, veamos el segundo testigo.
El segundo testigo irrefutable de la relación entre la Torah y la luz está en el libro de Mishlei/Proverbios, y es más claro, si cabe, que el primero. En el capítulo 6 afirma:
Porque el mandamiento es lámpara y la enseñanza luz, y camino de vida la reprensión que corrige. (Mishlei/Proverbios 6:23, BTX3. Énfasis añadido).
כי נר מצוה ותורה אור ודרך חיים תוכחות מוסר׃
Ahora bien, aunque está es una buena traducción, la verdadera riqueza se observa en el texto hebreo, donde la palabra vertida como enseñanza es Torah. Luego, deberíamos leer que el mandamiento es lámpara y la Torah luz. Así que, más claro, imposible. Este texto, junto con lo que venimos considerando, nos muestra con rotundidad que la Torah es luz. Una luz que fue llamada a la existencia por el Eterno, y con la cual hubo amanecer, resplandeció la alegría y el reino de la oscuridad, la miseria y la tristeza acabó. Quizá por eso, aquel día fue llamado día uno, en lugar de primero, ya que, sin duda, fue único.[3] Pues, en ese día el Eterno iluminó la creación con su bendita Torah.
Pero, aún hay más. Como símbolo de la nueva creación, ese día es una sombra de otro día único, aquel en el que el Eterno envió al Mesías Yehoshúa/Jesús de Nazaret, su Luz para revelación a los gentiles, y gloria de su pueblo Yishra’El/Israel (Lucas 2:32). De modo que, todo aquel que le siga, que tenga su testimonio y los mandamientos de Dios, no ande en tinieblas, tenga la luz de la vida (Juan 8:12) y pueda entrar en aquella ciudad donde, al igual que en la creación, los astros no serán necesarios para alumbrar, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera (Yesha’Yah/Isaías 60:19; Apocalipsis 21:23; 22:5).
Bienvenido al origen.
[1] Este párrafo sobre la Secuencia de letras equidistantes está tomado de Wikipedia.
[2] La Torah establece que no se acepte el testimonio de una sola persona contra otra. Así que son necesarios como mínimo dos testigos (Devarim/Deuteronomio 17:6; 19:15). Este principio de los dos testigos aplica al estudio de las Escrituras, siendo que un solo versículo no es suficiente para dar por válida una enseñanza.
[3] En el día uno de la creación, o día único, como también es posible traducir el término hebreo אחד (ehad).
Deja un comentario