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BERESHIT 4:5-7 – LA REACCIÓN DE CAÍN Y LA RESPUESTA DE יהוה


Bereshit/Génesis 4:5b-7 – Y Cayín ardió en cólera y se llenó de celos en gran manera, y cayeron sus faces. Y יהוה dijo a Cayín: “— ¿Por qué ardes en cólera y te llenas de celos, y por qué caen tus faces? Si haces bien, ¿acaso no serás levantado? Y si no hicieres bien, la ofrenda por el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su anhelo, y tú gobernarás en él.”


Tanto se enfadó Cayín/Caín,[1] que en hebreo se expresan tres emociones, dos de ellas bajo la palabra harah y la tercera con la palabra nafál, y sus significados son:

HARAH – H2734
חרה
Raíz primaria [Compárese con H2787]; brillar o calentarse; figurativamente (por lo general) arder, de cólera, celo, celos.
Puede traducirse por: airar, -se, alterar, apesadumbrar, arder, enardecer, encender, -se, encolerizar, -se, enojar, enojo, ensañar, entremeter, entristecer, excitar, fervor, impacientar, indignar, inflamar, pesar. Véase H8474.

NAFÁL – H5307
נפל
Raíz primaria; caer, en una gran variedad de aplicaciones (intr. o caus., lit. o figurativamente).
Puede traducirse por: abatir, aceptar, acometer, adherir, apartar, apoderarse, arrojar, atacar, bajar, caer, caída, decaer, derramar, derribar, derrumbar, descender, desertor, desmayar, echar, elevar, faltar, humillar, llegar, matar, hacer morir, muerto, omitir, perder, perecer, posar, postrar, repartir, resolver, ruina, saltar, talar, tender, yacer.

De manera que Cayín/Caín ardió en cólera, se llenó de celos en grado superlativo y se sintió abochornado, pero no por su actitud altiva y avariciosa, sino porque יהוה no miró su ofrenda. Todo ello le venía debido a sus pasiones, las cuales combatían en sus miembros, tal y como dirá Santiago en su carta:


“¿De dónde surgen guerras y de dónde contiendas entre vosotros? ¿No es de allí, de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis, asesináis, ardéis de envidia, y no sois capaces de alcanzar; lucháis y guerreáis; no tenéis lo que deseáis, porque no pedís; pedís y no recibís, porque pedís mal, para derrochar en vuestros deleites.” (Santiago 4:1-3, BTX4).


Al leer estos versos, entendiendo las emociones de Cayín/Caín, se podría pensar que está describiendo lo que sucedió en Bereshit/Génesis 4. Efectivamente, Cayín/Caín codició y no tuvo, entonces asesinó; ardió de envidia, se llenó de celos, pero no podía alcanzar; y pidió pero no recibió, porque pidió mal, para gastar en sus deleites. Y el resto es historia.

Pero antes del dramático desenlace, יהוה intervino, se dirigió a Cayín/Caín. יהוה no había dicho nada desde que expulsó a Adam/Adán y a Havah/Eva del huerto, no había hablado al inicio de la historia, pero lo hizo en este momento y, seguramente era el más exacto y también necesario para Cayín/Caín; no había hablado para pedir una ofrenda, pero sí para hacer recapacitar a Cayín/Caín sobre su actitud al ofrecerla.[2] Y lo hizo con una pregunta acerca del motivo de sus emociones (Bereshit/Génesis 4:6), una pregunta que recuerda a una muy parecida que יהוה le hizo al profeta Yonah/Jonás, después del incidente con la calabacera (Yonah/Jonás 4:9), y con la que le vino a decir: “—Cayín/Caín, tu reacción no tiene sentido.” Efectivamente, así era, porque la prosperidad de Hébel/Abel no era el motivo de la desgracia de Cayín/Caín, sino que su desgracia se debía a él mismo, a su actitud; él trajo una ofrenda que no cumplía las expectativas divinas y además, la ofreció sin fe, con avaricia y altivez, por ello יהוה no la miró. Que le fuera bien o mal, dependía de su propio obrar, no tenía ningún sentido que culpase a יהוה o a su hermano.

Pero יהוה no sólo le señaló su error, también le mostró la solución: obrar bien para ser levantado. ”—Si haces bien, ¿acaso no serás levantado?” Una expresión que, en hebreo, implica ser exaltado en rango y apunta a la dignidad, majestad o eminencia, y se refiere al alto privilegio y a la autoridad que pertenecían al primogénito en tiempos patriarcales. Sin embargo, aunque eso ya no era posible, Cayín/Caín ya había obrado mal, con todo, יהוה continuó dándole una opción para corregir su rumbo: ”—Y si no hicieres bien, la ofrenda por el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su anhelo, y tú gobernarás en él.”  Ahora bien, está frase tiene dos posibles interpretaciones principales.

La primera interpretación ve en el texto una personificación del pecado, como si fuese una fiera escondida presta a saltar sobre su víctima, y contra este enemigo es advertido Cayín/Caín, y se le ordena que lo domine.[3]

Esto es comprensible, teniendo en cuenta que el verbo ‘está’ puede tener el sentido de agazaparse, como un animal con las cuatro patas encogidas, como un animal reclinado.[4] Y de ahí que la frase: ”—A ti será su anhelo, y tú gobernarás en él”, se entienda como una referencia a la relación entre Cayín/Caín y el pecado. Según esta interpretación el texto debería traducirse algo así: “—Si no hicieres bien, el pecado está a la puerta, al acecho, codiciándote; pero tú debes dominarlo.”

Sin embargo, aun cuando pudiera ser una interpretación válida, nos cuesta aceptarla como tal, por lo siguiente:

1. Presenta dificultades teológicas en la relación entre Cayín/Caín y el pecado. La dificultad teológica más seria de esta interpretación es la instrucción a enseñorearse del pecado, ya que el verbo enseñorearse significa gobernar, reinar, dominar,[5] y las Escrituras enseñan que esta es una tarea imposible para el hombre natural (Romanos 8:7-8), mientras que los nacidos de nuevo deben ejercer dominio propio (2 Pedro 1:6), huir de las pasiones juveniles (2 Timoteo 2:22), resistir al diablo, sometiéndose a יהוה (Santiago 4:7) o vestirse de la armadura de Dios (Efesios 6:11), pero nunca enseñorearse del pecado.

2. El relato presenta un serio conflicto entre hermanos. Es extraño que, con semejante situación, lo único que יהוה quisiese fuera que Cayín/Caín dominara su pecado, y no se mencione nada sobre el perdón y la reconciliación.

3. Gramaticalmente presenta objeciones. La palabra “pecado” en hebreo es femenina y el verbo y los pronombres de la última cláusula, están en masculino, por lo que “deseo” se refiere a Hébel/Abel.[6]

La segunda interpretación traduce la palabra hebrea hattaah (jatat) como “ofrenda por el pecado” o “expiación”, y la frase “a ti será su deseo y tú te enseñorearás de él” no se entiende como una relación entre Cayín/Caín y el pecado, sino entre Cayín/Caín y Hébel/Abel. Esta interpretación traduce el verso así: “—Si tú no obras bien, incluso entonces hay una ofrenda por el pecado a mano para ser usada como propiciación. Y no sólo esto, sino que Hébel/Abel se someterá a ti como primogénito que eres, y tú ejercerás tu derecho de autoridad sobre él.” [7]

Los argumentos que presentamos para validar esta interpretación son:

1. La aceptada traducción de la palabra hebrea hattaah (jatat) como “ofrenda por el pecado” y su abundante presencia en las Escrituras. El término aparece 135 veces en las Escrituras (Vayikrá/Levítico 4:2; 5:15; Oseas 4:8; 2 Corintios 5:21; Hebreos 9:28).[8]

2. Gramaticalmente no presenta objeciones. Como hemos dicho, en hebreo la palabra ‘pecado’ es femenina y el verbo y los pronombres de la última cláusula están en masculino, por lo que ‘deseo’ se refiere a Hébel/Abel y no al pecado.[9] Además, esto también se le dice a Havah/Eva en Bereshit/Génesis 3:16, por tanto son palabras que refieren a las relaciones humanas. Así que, aunque sólo fuese por este punto, no podemos aceptar la primera interpretación.

3. No presenta dificultades teológicas en la relación entre Cayín/Caín y el pecado. Con esas palabras יהוה presenta el medio adecuado de proceder para sujetar el pecado. Por tanto, esta interpretación contempla la primera, יהוה quiere que Cayín/Caín domine su pecado, pero además explica el modo correcto de hacerlo.

4. El relato presenta un serio conflicto entre hermanos. Como hemos mencionado, es extraño que, con semejante situación, יהוה sólo quisiera que Cayín/Caín dominase su pecado; es más propio pensar que יהוה quería la reconciliación entre hermanos.

5. Los derechos de primogenitura están presentes en la Escritura, también antes de la ley dada en el Sinaí. Un ejemplo es la relación entre Yaaqob/Jacob y Esav/Esaú, en la que un hermano fue siervo del otro por la primogenitura (Bereshit/Génesis 27:29).

6. Era común, según la Torah, que quienes cometían una falta pudiesen presentar una ofrenda expiatoria, siempre y cuando el pecado no fuese de muerte.

7. Jesús habló que la reconciliación con el hermano es la solución correcta al enojo y previa a cualquier ofrenda (Mateo 5:21-26).

8. Forma parte del carácter de יהוה otorgar oportunidad para el arrepentimiento. Luego, tiene sentido que יהוה diese esta oportunidad a Cayín/Caín.

9. Concuerda mejor con el sentido de toda la historia.

Creemos, pues, que existen motivos suficientes para entender el texto tal y como propone la segunda interpretación,[10] según la cual יהוה le dijo a Cayín/Caín algo así: “—Si hubieses hecho bien, ofreciendo sin avaricia, sin intentar comprarme, dando con fe, hubieses sido enaltecido. Aun así, tienes la oportunidad de reconciliarte con tu hermano y traer una ofrenda en expiación para reconciliarte conmigo. Con todo esto, Hébel/Abel se someterá a ti como primogénito que eres, y tú ejercerás autoridad sobre él.” El deseo de יהוה era, sin duda, que estos dos hermanos se reconciliasen, algo que hubiese ocurrido si Cayín/Caín hubiese obedecido; sin embargo, siguió otro camino.

Bienvenido al origen.

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[1] Al examinar cuidadosamente las emociones de Cayín/Caín, nos cuesta creer que reaccionará así, si lo único que ocurrió fue que descendió fuego del cielo sobre el sacrificio de Hébel/Abel. Sin embargo, vemos que es una reacción muy propia de alguien que, queriendo prosperar, fracasa, mientras que, a su vez, ve que es otro el que prospera en su lugar, que en este caso es su hermano menor. Por tanto, nos reafirmamos aún más en el hecho de que lo que pudo ocurrir fue algo relacionado con la prosperidad y el fracaso, o dicho de otro modo, con la bendición y la maldición, tal y como encontramos en Devarim/Deuteronomio 28.

[2] Es interesante notar que Cayín/Caín no estaba en su mejor momento, él no estaba meditando en la Palabra de יהוה, tampoco estaba orando, ni ayunando, sin embargo, יהוה le habló, aunque no se registra respuesta de Cayín/Caín, como si de algún modo, el escritor quisiera hacernos llegar la idea de que Cayín/Caín ignoró a יהוה, algo más que evidente por la reacción que tuvo luego.

[3] W. H. Griffith Thomas, “Génesis. Comentario devocional”, Barcelona (Clie), 49.

[4] H7257, Strong’s.

[5] Es el mismo verbo que se usa, por ejemplo, en Bereshit/Génesis 1:28; 3:16; 24:2; 37:8.

[6] W. H. Griffith Thomas, op. cit., 51.

[7] Ibid., 51.

[8] W.E. Vine “Vine. Diccionario Expositivo Exhaustivo”, Colombia (Caribe), 242.

[9] W. H. Griffith Thomas, op. cit., 51.

[10]Gn. 4.7-8 Si ofrendaras… puedes beneficiarte… El significado aquí puede resultar diametralmente opuesto, según ‘jatat’ se traduzca como ‘pecado’ (Nm. 5.6) o como ‘ofrenda del pecado’ (Ex. 29.14, 36; 30.10; Lev. 4.21, 24; 5.9, 11, 12; 10.19; 14.22, 31; 15.15, 30; 16.9; etc.) La ofrenda solo puede ser aceptada en razón de la sangre derramada de un animal, ligada al pecado personal del oferente. Adam y Havah, habiendo oído el Evangelio (Gn. 3.15), entendieron qué clase de ofrenda exigía su cobertura (Gn. 3.21; Ap. 13.8), y así lo aceptaron (Gn. 3.20), y lo enseñaron a su descendencia (Gn. 4.4). Abel obedeció (Heb. 11.4), pero Caín, con pleno conocimiento de causa (4.7ª), presentó como ofrenda un regalo en lugar de una víctima vicaria.” (Nota 176, BTX4).