BERESHIT 17:5-6, 15:16 – EL CAMBIO DE NOMBRE DE ABRAM Y SARAI – PARTE 1
Bereshit/Génesis 17:5-6 – “Y no se llamará más tu nombre Ab’Ram, tu nombre será Ab’Raham, porque te haré padre de multitud de naciones. Y te haré fructificar mucho, muchísimo, y haré naciones de ti, y de ti saldrán reyes.”
Bereshit/Génesis 17:15-16 – “Y Elohim dijo a Ab’Raham: “—Sarái, tu varona, no se llamará su nombre Sarái, sino que Sarah será su nombre. Y la bendeciré y de ella también te daré un hijo, y la bendeciré, y será por naciones, y reyes de pueblos serán de ella.”
En este capítulo ocurrió algo que no es frecuente, o no al menos hasta este punto de la revelación. Nos referimos al cambio de nombre de Ab’Ram/Abram y Sarái/Sarai. El nombre en las Escrituras, puesto que tiene un significado, a menudo implica la identidad de la persona. De modo que una sustitución de nombre es también una transformación en la persona. Y así ha de entenderse aquí. יהוה no sólo cambió el nombre de cada uno de los cónyuges, sino que con ello transformó su identidad de un modo extraordinario.
LAS DOS HEI
Lo primero que debemos notar es el tipo de cambios que hizo יהוה. Sabemos que Ab’Ram/Abram pasó a llamarse Ab’Raham/Abraham y Sarái/Sarai a Sarah/Sara. Esto ocurrió así porque cada uno de los cónyuges recibió una letra que no tenía antes, y en ambos casos fue la misma, la letra hebrea Hei y se aprecia del siguiente modo:
אברם |
אברהם Ab’Rhm |
שרי Sri |
שרה |
Pero ¿de dónde tomó יהוה estas dos Hei? Haciéndonos eco de un refrán popular: uno da lo que tiene, y precisamente el tetragramatón, el nombre hebreo del Dios de Yisra’El/Israel, contiene dos Hei.
יהוה |
Es de ahí de donde creemos que יהוה las tomó, y al hacerlo así no estaba añadiendo una letra cualquiera, sino que en realidad estaba dando parte de quién es Él, impartiendo su vida en ellos. Algo que concuerda con el significado de esta letra tal y como afirma el rabino Itzjak Guinsbur:
“El nombre de la letra Hei aparece en el versículo: «Tomen [Hei] por ustedes mismos, semillas». «Tomen» (Hei) expresa la revelación propia en el acto de dar de lo de uno a los demás. Dando a los demás en la forma de autoexpresión, es el regalo definitivo del ser.”[1]
Además, curiosamente la transliteración de Hei al español se corresponde con la H, una letra muda. Luego, y sólo a nivel de reflexión, podemos entender que la Hei que יהוה introdujo tanto en Ab’Ram/Abram como en Sarái/Sarai, representa la silenciosa presencia de Dios que transforma la identidad de quienes la reciben, tal y como ocurrió en el caso de este matrimonio cuya identidad y realidad quedó cambiada absoluta y completamente.
Ahora bien, entendiendo que Él da sus dos Hei, ¿qué ocurre con las letras restantes de su nombre, la Yod y la Vau? La Yod se la da a Yishaq/Isaac y a Yisra’El/Israel. Con esa letra empiezan ambos nombres, nombres dados por el propio יהוה. Tienen origen en Él. De este modo podemos recordar que la existencia de nuestro pueblo se la debemos sólo a Él, pues Él es su origen, su principio. Y la Vau es la letra que apunta al Mesías, y con ella nos muestra como la promesa de la simiente se cumple en Yehoshúa/Jesús de Nazaret.
EL NÚMERO DE LETRAS
En hebreo el nombre de Ab’Ram/Abram está compuesto por cuatro letras, mientras que Ab’Raham/Abraham tiene cinco, un incremento debido a que, como hemos visto, יהוה añadió la Hei a Ab’Ram/Abram.
AB’RAM/ABRAM | AB’RAHAM/ABRAHAM | ||||||||
ם | ר | ב | א | ם | ה | ר | ב | א | |
1 | 2 | 3 | 4 | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
Ambos números, tanto el cuatro como el cinco, tienen su propio significado y curiosamente en ambos casos éste significado encaja con el mensaje presente en el capítulo 17. Tal y como figura en las notas de la Biblia Textual IV Edición:
“…el número cinco, como veremos más adelante, ejemplariza a un hombre llamado, redimido y salvado entre la humanidad, para andar con Dios de la tierra a los cielos. (…) el cinco es el inequívoco número de la gracia. Si cuatro es el número del mundo, éste representa entonces la debilidad del hombre, su desamparo y vanidad. Pero 4+1 resulta en fuerza divina perfeccionada en esa debilidad. Es símbolo de omnipotencia celestial concedida a la impotencia terrenal. (…) Observamos que, tan pronto como la humanidad fue divida, Dios se dio a conocer a un cierto hombre… (…) Ahora bien, aquel hombre tenía un nombre compuesto por 4 letras א ב ר ם = Abram (el hebreo bíblico no tiene vocales), pero Dios, en razón de Su promesa, decidió cambiarle el nombre. ¿Y cómo lo hizo? Insertando entre aquellas cuatro letras la quinta letra del alefato (alfabeto hebreo): ה y convirtiéndolo así en Abraham, un nombre de cinco letras: א ב ר ה ם (Génesis 17.5).”[2]
Así que mientras Ab’Ram/Abram tuvo un nombre con cuatro letras estuvo vinculado a lo terrenal y lo que engendró durante aquel período fue terrenal, pero cuando pasó a tener uno con cinco quedó ligado a lo celestial y lo que engendró fue celestial, provenía de יהוה. Algo que aún se refuerza más al saber que la Hei es la quinta letra del alefato, cuyo valor numérico es el cinco y que, además, esta fue la quinta ocasión en la que יהוה se reveló a Ab’Raham/Abraham. De modo que la abundante presencia del cinco refuerza lo que estamos considerando con respecto a Ab’Ram/Abramy su cambio de identidad.
Ahora bien, mientras que esto es así con respecto a nuestro padre, con Sarái/Sarai no ocurre igual. Su nombre está formado por tres letras, pero como hemos podido ver también, יהוה no le añadió ninguna, sino que lo que hizo fue sustituir una letra, la Yod, por otra, la Hei. Así su nombre continuó siendo de tres letras.
SARÁI/SARAI | SARAH/SARA | |||||
י | ר | ש | ה | ר | ש | |
1 | 2 | 3 | 1 | 2 | 3 |
Pero, ¿por qué Ab’Ram/Abram recibió una letra más hasta llegar a las cinco, mientras que a Sarái/Sarai no le fue añadida ninguna y continuó con tres? Por supuesto sólo nuestro Dios conoce el motivo por el cual lo hizo de este modo, pero si nos atenemos al análisis que venimos haciendo en cuanto al significado de los números, sabemos que el tres ya tiene una connotación más que positiva y no necesita ser aumentado para alcanzar alguna suerte de perfección.
El tres es un número que se asocia a distintas cosas,[3] pero por encima de todo es el número relacionado con la resurrección. Tal y como vimos en el primer capítulo de Bereshit/Génesis, el tercer día fue cuando Elohim hizo que lo seco fructificase, que lo estéril reverdeciera, hubo una resurrección, lo muerto pasó a la vida. El profeta Yonah/Jonás también estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez antes de ser devuelto a la vida en sentido figurado, y así pudo ser señal de la resurrección de nuestro Mesías Yehoshúa/Jesús, el cual fue levantado al tercer día conforme a las Escrituras. También está escrito en el libro del profeta Yoshea/Oseas:
“Nos dará vida después de dos días: Al tercer día nos resucitará, y viviremos delante de Él.” (Yoshea/Oseas 6.2, BTX4).
De este modo es realmente propio que Sarái/Sarai continuará teniendo un nombre de tres letras, pues sabemos que ella era estéril y que no podía concebir, sin embargo al recibir la Hei, la vida divina, aquel útero muerto resucitó y pudo concebir y dar a luz vida conforme a la promesa.
Sin embargo, también se podría preguntar, ¿por qué a Sarái/Sarai no le añadió el número de letras suficiente hasta llegar a otro número con un buen significado, así los nombres de ambos cónyuges hubiesen aumentado? De nuevo tenemos que responder que sólo Dios conoce las razones por las que Él obró así, pero manteniéndonos en lo que venimos considerando podemos decir que le fue dado lo mismo a ambos para que:
1. Aprendamos que en el matrimonio, varón y varona son iguales ante יהוה. Para que el nombre de Sarái/Sarai tuviera otro número de caracteres con buen significado, יהוה tendría que haber añadido dos letras como mínimo hasta llegar al cinco. Luego le hubiese dado más a la esposa que al esposo y podría inferirse que la esposa estaba siendo puesta por encima del varón. Sin embargo, no fue así para enseñarnos lo que Él hizo al principio al otorgarles la misma misión y autoridad a ambos (Bereshit/Génesis 1:28).
2. La suma de las letras de ambos nombres diese como resultado otro número con significado que fuera propio a lo acontecido. Si sumamos las cinco letras de Ab’Raham/Abraham con las tres de Sarah/Sara da como resultado el número ocho. Este número según las notas de la Biblia Textual IV Edición:
“En hebreo el número ocho es sh’moneh, de la raíz shah’meyn, que significa hacer engordar, cubrir con grosura, superabundar. Como participio significa uno que abunda en fuerza. Como sustantivo es superabundante fertilidad, aceite y como numeral, al ser el primer número cúbico (2 x 2 x 2), es el número de la superabundancia. Así como el siete fue el día indicado para la compleción de la obra de Dios, así el ocho, como día octavo, está por encima de este término perfecto, y es, al mismo tiempo, el primero de un nuevo ciclo.”[4]
Podemos ver cómo, efectivamente, en este punto de la vida de Ab’Ram/Abram y Sarái/Sarai empezó un nuevo ciclo y, en cierto sentido, estaba relacionado con la superabundante fertilidad, pues iban a ser los progenitores de multitud de naciones.
3. El significado individual del nombre cada cónyuge tuviera sentido acorde a la promesa. Ciertamente יהוה podría haber hecho cualquier otra cosa, sin embargo es cierto que hizo las modificaciones precisas para que cada nombre cobrase sentido a la luz de lo que Él había prometido. Así su identidad pasó a estar fundamentada en Él y su Palabra, tal y como veremos en la segunda parte.
Bienvenido al origen.
[1] Tomado del artículo “Hei, expresión, pensamiento, habla y acción” de Itzjak Guinsbur de la web chabad.org
[2] “Biblia Textual IV edición”, Bielorrusia (Sociedad Bíblica Iberoamericana 2017), 1466-1467.
[3] Para una relación de algunos acontecimientos importantes que tuvieron lugar al tercer día véase: Shemot/Éxodo 19:11, 15, 16; Bemidbar/Números 19:12; Shemu’El Álef/ 1 Samuel 20:5; Ester 5:1.
[4] “Biblia Textual IV edición”, Bielorrusia (Sociedad Bíblica Iberoamericana 2017), 1472.
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